miércoles, 4 de julio de 2012

Que sigue

¿Y ahora que sigue?, es la pregunta que me hago ante unas elecciones tan cerradas, unas campañas cada día menos atractivas y una perspectiva de país cada día peor.

Ya nos quedará claro que los cambios no los lograremos por las buenas, que los costos de un cambio verdadero sobrepasan una votación, un mitin o una revolución.

Si en verdad queremos un cambio hay que comenzar desde abajo a crear conciencia, preparación y sobre todo inteligencia para aplicarlas.

Llegue quien llegue al poder no hará la diferencia, hay que comenzar con las ideologías la preparación, el profesionalismo, la ética, en fin con valores que cada día se devalúan más.

Pero la esperanza no muere, es necesario acumular estas experiencias como parte de la formación, el fracaso de la democracia no es más que el fruto de la falta de un pueblo mexicano con madurez política, que padre pide opinión a los niños, es lo mismo en la votación mientras realmente no superemos el retraso en niveles de lectura, la diversidad en medios de comunicación, la seguridad y respeto a la libre expresión no avanzaremos al siguiente nivel.

Espero alcanzar a  ver el surgimiento de más movimientos que nazcan de los jóvenes preparados, de las personas marginadas, de los profesionistas relegados y que realmente se expresen y luchen por un bien común. Pero los movimientos de sindicatos, de grupos subversivos, de luchas internas por el poder, que esos movimientos podamos identificarlos y realmente detenerlos para que no contagien y desvirtúen los legítimos movimientos sociales.

Lo más sencillo es la crítica, pero si esta no viene acompañada de experiencia, conocimiento y preparación, realmente no tiene ningún sentido escucharla.

Los resultados de estas elecciones son solo una ventana a la falta de madurez, espero que no sea necesario madurar a trancazos.